La anorexia y la bulimia
son síntomas que presentan una cierta resistencia al psicoanálisis. Preocupan
por que muchas veces ponen en riesgo la vida de los pacientes. Son síntomas que
ponen de relieve una elección de goce fijado, que en estos casos está en primer plano, no está escondido en el
discurso del sujeto. La dificultad se centra en la no dialectización de los
mismos. El goce en el cuerpo tiene una consistencia tal que no da lugar a la
palabra.
Ese cuerpo adquiere su
peso por la vía de la mirada.[1] La
mirada del Otro.
Para entender estos
síntomas podemos comenzar el recorrido con el estadio del espejo tomándolo como
una identificación en el sentido pleno que el análisis da a éste término: a
saber, la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen.
Es que la forma total
del cuerpo, gracias a la cual el sujeto se adelanta en un espejismo a la
maduración de su poder, le es dada como
Gestalt, en una exterioridad donde es más constituyente que constituida, pero
donde sobre todo le aparece en un relieve de estatura que la coagula y bajo una
simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que
se experimenta a sí mismo animándola.
Una Gestalt que tiene efectos formativos sobre
el organismo.[2]Organiza
su relación con los objetos y su entorno.
Si el hombre no tuviese
cuerpo, no estaría capturado por la imagen de ese cuerpo. Esto explica el
privilegio que tiene esa imagen para él. Vemos con todo esto un privilegio del
campo imaginario sobre el simbólico. La función
del nombre del padre no ha operado para que advenga una falta que le permita al
sujeto ser sujeto de deseo.
El cuerpo se introduce en la
economía del goce por la imagen del cuerpo. Lalengua es la que civiliza el goce,
lo eleva a su efecto desarrollado aquel por el cual el cuerpo goza de objetos
siendo el primero el “a”.[3] Jacques lacan[4]
plantea que frente al enigma del deseo
parental, en la anorexia mental el sujeto es el primer objeto que se propone,
es su propia pérdida, su desaparición, el fantasma de su propia muerte. Que el
Otro desee aunque sea de su pérdida. Que haya deseo aunque sea deseo de nada.
El yo
se constituye sobre la imagen del semejante, esta imagen nos da el sentimiento
de vida, de estar vivos, su estabilidad como ser entero, su límite del cuerpo.
Es esta imagen lo que falla, lo que presenta dificultad en la Anorexia y Bulimia,
no logran estabilizar sus cuerpos sobre la idea de su envoltura, no hay
envoltura estable que sostenga. La relación imaginaria no estabiliza en estos
casos al sujeto. Hace falta el nombre del padre
para hacer con ese cuerpo, para que el significante no quede coagulado con el objeto, para que
éste se pierda.
En lo central de estas
patologías hay una pérdida de imagen, como envoltura corporal que no es satisfactoria para el sujeto, para
envolver el cuerpo pulsional. Entonces este sujeto intenta recuperar un cuerpo en
el límite, por el límite. Este cuerpo es vivido como arrebatado, como no
propio. Massimo Recalcati plantea sobre
esto que el intento de recuperación será diferente para cada patología, para la
anorexia será el hueso, que a la vez es objeto y es significante de ese objeto.
En la bulimia el medio de
recuperación del cuerpo es el vómito, no se trata aquí de la envoltura corporal
sino de un elemento que está en el interior del cuerpo, un objeto significante
que estabiliza el interior y el exterior del cuerpo. Para lograr una
homeostasis.
Alexandre Stevens[5]
plantea la anorexia-bulimia como un
reverso una de otra, un mas y un menos, una antítesis. Aluden al consumo, de
nada y el de comida. Lacan comenta que las primeras formas de anorexia apuntan
a un rechazo. ¿Rechazo de qué? del
exceso de cuidados maternos, de un Otro materno puro registro de necesidad por el cual no circula el registro del amor y
que trae aparejado un goce del rechazo. Se puede gozar tanto de un deseo como
de un rechazo.
Siguiendo a Nieves Soria[6]
en la anorexia el rechazo del Otro es una patología de la separación. Rechazo
de la castración y de la no relación sexual, que le permite eludir el encuentro con la castración, o
sea con la falta en el Otro y con la propia división subjetiva, está en la base
de la posición anoréxica[7].
Hay caracteres que la anorexia y la bulimia
tienen en común en la elección de goce.
Primero es un goce que se apoya sobre
la falta y lo pleno, falta algo en el
cuerpo y está demasiado lleno. Específicamente se trata de nada.
El segundo carácter es que
se trata de un goce por fuera de lo sexual y en tercer lugar se trata de un
síntoma que pone en juego la pulsión de muerte. El segundo carácter alude a la
denegación del saber sobre la no relación sexual y la castración. En cuanto a
la pulsión de muerte, al estar el sujeto librado a lo pulsional sin el anclaje
del nombre del padre, la pulsión es muerte, pues la eficacia simbólica del
tratamiento proporcionado por la metáfora paterna no está operando. En la
bulimia vemos como el deseo resulta "aplastado" por la demanda
siguiendo un movimiento que subvierte la acción separadora del rechazo introducida
por la maniobra anoréxica.
Otro punto a destacar es
que la anorexia está del lado de la vivacidad del pensamiento, en cambio en la bulimia
el atosigamiento de comida sume al sujeto en un estupor pasivo de no pensamiento,
esto lo podemos constatar en la clínica, en cómo se presentan los pacientes.
Desde el psicoanálisis la
salida posible seria como propone Recalcati [8]“es necesario operar
preliminarmente una rectificación del Otro antes que del sujeto. ¿Qué significa
rectificar al Otro? Significa encarnar como analista un Otro diferente de
aquello real que el sujeto ha encontrado en su historia, y que se presenta como
un Otro incapaz de operar con la propia privación. Se trata ante todo de decir
"sí" al sujeto, en consecuencia encarnar un Otro que sabe no excluir,
no cancelar, no rechazar, no callarse, no obturar, no sofocar, no atormentar.
Esta nueva configuración del Otro permite una nueva implicación del sujeto en
un lazo posible con el Otro.”
María de Los Angeles Amestegui
Protesorera del CID Santiago del Estero
[1] Conferencia en Ginebra -Jacques Lacan- intervenciones y textos 2.
Edit. Manantial
[2] El estadío del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se
nos revela en la experiencia psicoanalítica- Escritos Jacques lacan
[3] La Tercera Jacques Lacan- Intervenciones y textos 2 .Edit.
Manantial
[4]Jacques lacan Seminario 11
los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis –edit. Paidós
[5] Alexandre Stevens Seminario extraordinario la clínica de la
infancia y la adolescencia- Ciec
[6] Psicoanalisis de la anorexia y la bulimia-Nieves Soria. Edit. Tres
Haches.
[7] La anorexia en la última enseñanza de Lacan . Domenico Cosenza.
Virtualia #27
[8] La cuestión
preliminar en la época del Otro que no existe Massimo Recalcati Virtualia#10