Anorexia y Bulimia, por Lic. María de los Ángeles Amestegui


La anorexia y la bulimia son síntomas que presentan una cierta resistencia al psicoanálisis. Preocupan por que muchas veces ponen en riesgo la vida de los pacientes. Son síntomas que ponen de relieve una elección de goce fijado, que en estos casos  está en primer plano, no está escondido en el discurso del sujeto. La dificultad se centra en la no dialectización de los mismos. El goce en el cuerpo tiene una consistencia tal que no da lugar a la palabra.

Ese cuerpo adquiere su peso por la vía de la mirada.[1] La mirada del Otro.
Para entender estos síntomas podemos comenzar el recorrido con el estadio del espejo tomándolo como una identificación en el sentido pleno que el análisis da a éste término: a saber, la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen.
Es que la forma total del cuerpo, gracias a la cual el sujeto se adelanta en un espejismo a la maduración de su poder, le es dada  como Gestalt,  en una exterioridad donde  es más constituyente que constituida, pero donde sobre todo le aparece en un relieve de estatura que la coagula y bajo una simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que se experimenta a sí mismo animándola.

Una Gestalt que tiene efectos formativos sobre el organismo.[2]Organiza su relación con los objetos y su entorno.
Si el hombre no tuviese cuerpo, no estaría capturado por la imagen de ese cuerpo. Esto explica el privilegio que tiene esa imagen para él. Vemos con todo esto un privilegio del campo imaginario sobre el simbólico. La función del nombre del padre no ha operado para que advenga una falta que le permita al sujeto ser sujeto de deseo.
El cuerpo se introduce en la economía del goce por la imagen del cuerpo. Lalengua es la que civiliza el goce, lo eleva a su efecto desarrollado aquel por el cual el cuerpo goza de objetos siendo el primero el “a”.[3] Jacques lacan[4] plantea  que frente al enigma del deseo parental, en la anorexia mental el sujeto es el primer objeto que se propone, es su propia pérdida, su desaparición, el fantasma de su propia muerte. Que el Otro desee aunque sea de su pérdida. Que haya deseo aunque sea deseo de nada.

  El yo se constituye sobre la imagen del semejante, esta imagen nos da el sentimiento de vida, de estar vivos, su estabilidad como ser entero, su límite del cuerpo. Es esta imagen lo que falla, lo que presenta dificultad en la Anorexia y Bulimia, no logran estabilizar sus cuerpos sobre la idea de su envoltura, no hay envoltura estable que sostenga. La relación imaginaria no estabiliza en estos casos al sujeto. Hace falta el nombre del padre para hacer con ese cuerpo, para que el significante  no quede coagulado con el objeto, para que éste se pierda.

En lo central de estas patologías hay una pérdida de imagen, como envoltura corporal  que no es satisfactoria para el sujeto, para envolver el cuerpo pulsional. Entonces este sujeto intenta recuperar un cuerpo en el límite, por el límite. Este cuerpo es vivido como arrebatado, como no propio. Massimo Recalcati plantea  sobre esto que el intento de recuperación será diferente para cada patología, para la anorexia será el hueso, que a la vez es objeto y es significante de ese objeto.

En la bulimia el medio de recuperación del cuerpo es el vómito, no se trata aquí de la envoltura corporal sino de un elemento que está en el interior del cuerpo, un objeto significante que estabiliza el interior y el exterior del cuerpo. Para lograr una homeostasis.
Alexandre Stevens[5] plantea  la anorexia-bulimia como un reverso una de otra, un mas y un menos, una antítesis. Aluden al consumo, de nada y el de comida. Lacan comenta que las primeras formas de anorexia apuntan a un rechazo.  ¿Rechazo de qué? del exceso de cuidados maternos, de un Otro materno puro registro de  necesidad  por el cual no circula el registro del amor y que trae aparejado un goce del rechazo. Se puede gozar tanto de un deseo como de un rechazo.

Siguiendo a Nieves Soria[6] en la anorexia el rechazo del Otro es una patología de la separación. Rechazo de la castración y de la no relación sexual, que le permite eludir el encuentro con la castración, o sea con la falta en el Otro y con la propia división subjetiva, está en la base de la posición anoréxica[7].

Hay caracteres que la anorexia y la bulimia tienen en común en la elección de goce. 

Primero es un goce que se apoya sobre la falta y lo pleno, falta algo  en el cuerpo y está demasiado lleno. Específicamente se trata de nada.

El segundo carácter es que se trata de un goce por fuera de lo sexual y en tercer lugar se trata de un síntoma que pone en juego la pulsión de muerte. El segundo carácter alude a la denegación del saber sobre la no relación sexual y la castración. En cuanto a la pulsión de muerte, al estar el sujeto librado a lo pulsional sin el anclaje del nombre del padre, la pulsión es muerte, pues la eficacia simbólica del tratamiento proporcionado por la metáfora paterna no está operando. En la bulimia vemos como el deseo resulta "aplastado" por la demanda siguiendo un movimiento que subvierte la acción separadora del rechazo introducida por la maniobra anoréxica.

Otro punto a destacar es que la anorexia está del lado de la vivacidad del pensamiento, en cambio en la bulimia el atosigamiento de comida sume al sujeto en un estupor pasivo de no pensamiento, esto lo podemos constatar en la clínica, en cómo se presentan los pacientes.
Desde el psicoanálisis la salida posible seria como propone Recalcati [8]es necesario operar preliminarmente una rectificación del Otro antes que del sujeto. ¿Qué significa rectificar al Otro? Significa encarnar como analista un Otro diferente de aquello real que el sujeto ha encontrado en su historia, y que se presenta como un Otro incapaz de operar con la propia privación. Se trata ante todo de decir "sí" al sujeto, en consecuencia encarnar un Otro que sabe no excluir, no cancelar, no rechazar, no callarse, no obturar, no sofocar, no atormentar. Esta nueva configuración del Otro permite una nueva implicación del sujeto en un lazo posible con el Otro.”
                                                                              

María de Los Angeles Amestegui
Protesorera del CID Santiago del Estero



[1] Conferencia en Ginebra -Jacques Lacan- intervenciones y textos 2. Edit. Manantial
[2] El estadío del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica- Escritos Jacques lacan
[3] La Tercera Jacques Lacan- Intervenciones y textos 2 .Edit. Manantial
[4]Jacques lacan  Seminario 11 los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis –edit. Paidós
[5] Alexandre Stevens Seminario extraordinario la clínica de la infancia y la adolescencia- Ciec
[6] Psicoanalisis de la anorexia y la bulimia-Nieves Soria. Edit. Tres Haches.
[7] La anorexia en la última enseñanza de Lacan . Domenico Cosenza. Virtualia #27
[8] La cuestión preliminar en la época del Otro que no existe Massimo Recalcati  Virtualia#10

>> LA PALABRA YA NO ES LEY >> Por: Mabel Andrawos de Chedid

Esta ponencia pretende destacar las coordenadas de la época actual, época que si bien por un lado ha posibilitado grandes avances para la humanidad, sobre todo en materia de salud, democracia y tecnología, por otro lado ha dado lugar a cambios  en la organización social y a síntomas sociales, que la ficción del mercado ha desencadenado, unido a los descubrimientos de la ciencia. Dichos cambios  se tornan sorpresivos y vuelven inoperantes las formas de abordaje tradicionales, obligando a interrogarse y proponer nuevas formas de tratamiento que la época exige.

Hace varias décadas la preocupación era cómo levantar las prohibiciones, hoy la pregunta vigente es qué ley puede venir a contener la desorientación y el desorden de la época.

Me abocaré en este artículo  a la cuestión desde lo que consideramos ley para el psicoanálisis. Si bien la ley que rige para la vida ciudadana es universal, el modo de subjetivarla es particular de cada sujeto

La palabra ya no es lo que era, ya no es ley,  es la época del Otro que no existe. Época del Uno sin lazo al Otro, los ideales ya no ordenan. El relativismo que la ciencia ha demostrado ha hecho caer las verdades absolutas, lo que ha dado lugar a  que si no hay verdades todo valga, predominando un discurso que promueve la búsqueda de la libertad y la satisfacción absoluta, que todo se diga y se muestre.

Paradójicamente encontramos un sujeto insatisfecho y desorientado. La armonía entre el sujeto y el lenguaje es borrada y son más bien los embrollos los que se manifiestan, dando lugar a “Uno solo que habla para sí con la pulsión”, sin tener en cuenta al Otro. La existencia del Uno sin lazo al Otro, funda el individualismo contemporáneo.

Mundialización e inexistencia del Otro van juntos. Lo que se ordenaba según las leyes de la palabra se encuentra degradado. No hay lazo social más que el determinado por la relación a la propia satisfacción. Gozar mejor y más rápido, frenesí  de consumo y de éxito. Prevalece entonces el autismo del goce  con un horizonte a-social.

Los sujetos se encuentran entre la angustia y el aburrimiento y en ese sentido la relación entre los sexos devendrá cada vez más imposible.

Uno solo comandado por la búsqueda de satisfacción ilimitada será el estándar hipermoderno y sus efectos: adicciones, acumulación de riquezas, el mercado del arte de lo obsceno, pantallas multiplicadas donde los sujetos son manipulados a voluntad.

¿Qué ley puede venir a contener el desorden de la época desencadenado por el discurso del capital y de la ciencia?

Situar la ley en el discurso de la ciencia quiere decir que la ley está inscripta en relación a las modificaciones que la ciencia ha introducido en el modo de relación de los hombres entre sí.

La ciencia separa al sujeto de la pregunta por su ser, universalizándolo.  El sujeto no es susceptible de culpa alguna, sin la mediación de la culpa establece una conexión con el goce, con la satisfacción sin barreras. Pone el deseo al servicio de la producción y consumo de objetos supuestos de satisfacer la falta humana.

 Objetos nuevos es el imperativo de la época. Renovar, es una serie infinita. En esta abundancia sin límites para satisfacer la falta no logramos la satisfacción prometida sino el hastío.

La relación entre los semejantes no necesita pasar por el Otro de la ley, que ya no exige la renuncia a la satisfacción pulsional, “tú tienes derecho a gozar sin que nada ni nadie te lo impida”, todo está permitido, empuje al abismo del goce sin mediación simbólica.

¿Cuáles son las consecuencias de este nuevo orden sobre el Estado, el orden social y el sujeto?

En relación al Estado la ley ha perdido su rigor formal. La ley está a merced del intérprete, se puede como con todos los objetos del mercado, negociar, intercambiar, etc…

Por otra parte una sociedad que reposa en los lazos al semejante y no al Otro, no tiene la fuerza de la cohesión sino la tendencia a la agresividad. Anorexia, toxicomanías depresión, ataques de pánico, violencia, son las nuevas formas del síntoma efectos del discurso capitalista.

En cuanto al sujeto, dejarlo sin ley es someterlo al desamparo y la insatisfacción que no es lo mismo que el deseo. Los contratos reemplazan la ley por falta de respuesta de la misma, quitándole la función de regulación, orientadora y generadora del deseo.

La multiplicidad inconsistente, el no-todo de lo ilimitado, la ley de hierro del mercado, reemplazaron  al orden simbólico.

Lacan desde su teoría llamó declinación de la autoridad paterna al más allá del Nombre del Padre, para designar una época en la cual el significante Amo, de la ley, del orden, había sido sobrepasado. En 1972 llama a este nuevo orden discurso capitalista, producción de saber sin amo, al  que nada puede detener. Hoy es la dimensión de lo imparable lo que hace causa al malestar contemporáneo.

J.A. Miller en Una Fantasía nos dice que si hoy estamos sin brújula, ¿estamos sin embargo sin discurso? El analista  no tiene que ser nostálgico del Nombre del Padre. Por muy imposible que sea su posición, no puede estar a contrapelo del cambio en la civilización. La inconsistencia del Otro es más bien la que tiene que hacer soportar.

¿Cómo el síntoma analítico podrá responderle al síntoma de la ciencia?  Si la relación de los sujetos al goce hace a partir de ahora a los Unos disjuntos ¿cómo hacer existir la relación simbólica? ¿Cómo el derecho podrá responder  y legislar las nuevas formas que la ciencia ha generado?

Hay un irreductible que atraviesa las épocas y genera malestar, a ese irreductible Freud lo llamó pulsión de muerte que hace del hombre el lobo del hombre (Hobbes). Cada época intentó una forma de tratamiento, los intentos de regulación diferentes en cada época no fueron del todo exitosos, el fracaso corrobora su insistencia.

Si admitimos que el psicoanálisis trabaja en relación a un imposible de simbolizar, el analista está en el lugar de ese fracaso que es la manifestación de la relación a ese imposible, un real sin ley.

 La contingencia del éxito en psicoanálisis no invalida la ley del fracaso, más bien es su demostración.

 Al discurso capitalista que anula el lazo social se le opone el discurso analítico que hace lazo y rescata al sujeto como subjetividad y singularidad, permitiéndole lograr una invención que funciona como ley singular, permitiéndole saber arreglárselas con ese imposible, real sin ley, con el goce en exceso al que lo empuja el mercado con su imperativo de consumo instalando solo vacío, desorientación y angustia.

Estos encuentros y las conversaciones que devengan intentan abrir a todos  los que formamos parte de la época, interrogantes y propuestas que  posibiliten un tratamiento del malestar actual, impasse ético al decir de J.A. Miller, y de los síntomas que genera en el ámbito del derecho, la familia, la educación, la salud y las coordenadas de la época, tanto en lo institucional como en lo personal.

Notas:

El presente trabajo fue realizado por la Lic. Mabel Andrawos, quien fuera nuestra Asesora del IOM CID Sgo. del Estero. Docente del IOM. Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Psicoanalista del medio local.  
La ponencia fue realizada en el Ciclo de conversaciones, 2011: LA PALABRA YA NO ES LO QUE ERA -El órden simbólico y el debate contemporáneo- ¿Qué consecuencias en el tratamiento de los síntomas de la época? en Santiago del Estero.